LA ESCUELA AUSTRIACA DE ECONOMIA 5

Epígrafe I: Mercado y Precios

4.- Precios Máximos y Mínimos


Si se coloca un precio máximo, legalmente obligatorio por debajo de lo que el mercado lo hubiera fijado, el resultado será el contrario al esperado. Al precio legalmente menor (que no es en realidad un precio) la cantidad de demandantes aumenta y disminuye la cantidad de oferentes. En ese caso aparece en el mercado no la escasez, sino un "faltante". Por supuesto, viene aquí una típica pregunta. ¿Qué pasa si el producto en cuestión es caro pero a la vez muy necesario para la mayor parte de la población? Pues hay que aumentar la oferta de ese producto; de otro modo su precio no va a bajar. Pero aumentar la oferta no es algo mágico. La escasez nos rodea por todos lados. Para aumentar la oferta de bienes y servicios en necesaria mayor inversión, mayor competencia, mayor capital, y para eso el mercado debe ser lo más abierto posible, incluso desde el punto de vista exterior, tema que vamos a tocar la última clase.

Es un punto importante destacar que la oferta debe aumentar, porque habitualmente la demanda no baja, sino que se incrementa. Aunque demanda y población no sean lo mismo, sin embargo hay que tener en cuenta que habitualmente la población aumenta (es más, es deseable que sea así: un país lleno de ancianos y sin población joven es socialmente enfermo). Últimamente las Naciones Unidas dan todo tipo de recomendaciones para impedir el aumento de la población, lo cual es síntoma de muchas cosas; entre ellas, que de economía no saben nada. El punto es cómo aumentar la oferta, y hay muchas cosas inconducentes para ello: fijar precios máximos está entre esas medidas inconducentes. Produce faltantes, mercado negro, mayor corrupción, etc. Los precios máximos revelan que no se entiende el problema de la escasez. Si un precio es alto quiere decir que el bien en cuestión es muy escaso en relación a su demanda, y eso no se va a arreglar porque alguien obligue a comerciar con un precio legalmente más bajo. Los precios máximos no han pasado de moda: el que más se utiliza actualmente es el de la divisa extranjera, pero ese tema lo veremos después.

El precio mínimo es lo contrario: un precio fijado legalmente por encima de lo que el mercado lo hubiera establecido. Aumenta la cantidad de oferentes y disminuye la demanda. Esto habitualmente se hace para sectores de la producción protegidos por el estado, como la agricultura. Muy comprensible, pero el efecto es que hay más oferta que demanda: entonces se tiran cosechas enteras, y se oye hablar después del capitalismo que dilapida recursos en medio de un mundo hambriento, cuando esto con el capitalismo no tiene nada que ver. Los precios sostén son uno de los mejores ejemplos de los daños del intervensionismo gubernamental. Obviamente es comprensible la posición de un productor agropecuario ahorcado por sus costos, pero eso no se soluciona con un precio sostén, sino con una drástica rebaja de impuestos y una progresiva reapertura de la economía. Ese tema lo veremos más adelante.

Bien, ahora dejamos para algunas cuestiones importantes a las que no nos hemos referido hasta ahora al hablar y conceptuar el mercado. Antes de eso, sólo recordar que lo más importante de es la noción del mercado como proceso, y no como mecanismo automático. El mercado es un proceso donde intervienen personas con conocimientos dispersos, que se encuentran, no en un lugar específico, sino en un proceso humano de valoraciones, con posibilidad de error y un sistema jurídico que garantice la libertad de entrada al sistema. Eso es lo fundamental.

Una de las mejores explicaciones del proceso de mercado la tiene Hayek escrita en el tomo II de Derecho, Legislación y Libertad, en el cap. 9, como Mises la tiene el cap. 15 de La Acción Humana cuando comienza a describir el mercado como proceso.

¿Quién fija el precio en el mercado? En esto hay una diferencia entre nuestro lenguaje cotidiano y otro lenguaje más científico. En nuestro lenguaje cotidiano, vamos a cualquier negocio y preguntamos "¿cuánto vale?". Y alguien nos dice 10, 100, lo que fuere. Desde un punto de vista más científico, lo que allí sucede es que el oferente nos está diciendo (comunicado, dialogando) su valuación, lo que él considera lo que vale, que él considera "el precio". Pero hay una diferencia entre valor y precio. El precio es el encuentro dialogado entre oferta y demanda. El vendedor "dice" su valuación y yo "digo" la mía, ya regateando, ya decidiendo si lo voy a comprar o no. De este diálogo multiplicado ad infinitum surge el precio, esto es, el resultado del encuentro dialogado entre oferta y demanda. Sólo cuando yo digo "lo compro", o "está bien", o lo que fuere, surge el precio. El vendedor, en ese sentido, no "fija" el precio, sino que dice su valuación. Por ejemplo, supongamos que quiero vender mi reloj a alguien. Entonces me preguntan: "¿cuánto vale?", y yo digo10.000.000 de dólares. ¿Es ese el "precio", por más que yo ponga un cartelito con esa cifra?. No, sencillamente es lo que yo considero que vale. Posiblemente alguien me lo quiera comprar a esa cifra, pero podemos en este caso suponer que nadie lo va a querer comprar a esa cifra. No surge aún el precio. Y con este ejemplo retomamos todo lo del principio.

¿Puede haber en el mercado, como opinaba Mises, algún recurso que en determinado momento sea un monopolio natural? Bueno, la mayor parte de los economistas austríacos, especialmente del 60 para adelante, sostienen que en un mercado libre un caso así, sin protecciones legales, se enfrentaría con muchos factores de competencia potencial, por ejemplo, el mercado libre internacional. En ese caso es muy difícil que, sin ningún sistema de protección jurídica, un monopolio natural se mantenga en el mercado sin que aparezca algún caso de competencia natural. El tema es mucho más largo. Y otro tema que ahora no podemos abordar, pero que algunos llaman el "drama del intervencionismo", es que es relativamente fácil explicar las bondades del mercado libre internacional cuando se ve las ventajas de ellos para el caso de los monopolios, pero lo difícil es tomar conciencia de que en ese caso hay que eliminar, aunque sea progresivamente, décadas y décadas de industrias protegidas, con todo lo que ello significa no sólo en cuando a intereses creados sino en cuanto a las familias que han basado su estructura y su pasado, presente y futuro en torno a una industria protegida. Es sencillamente dramático. En las políticas de transición hay que extirpar situaciones cancerosas desde un punto de vista económico y hay que tener en cuenta que hay seres humanos detrás de todo ello.

PROXIMA SEMANA 6. Epígrafe 2: Moneda y Crédito 1.- La moneda como mercancía. Los sustitutos monetarios

Primer Capitulo: Introducción a la Escuela Austriaca de Economía y Programa del Curso.
Segundo Capitulo: Mercado y Precios. Escasez.
Tercer Capitulo: Teoría del Valor y Ley de Utilidad Marginal. El Mercado.
Cuarto Capitulo: Bienes Públicos y Externalidades.

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